El teatro más cerca que nunca

Jorge-Yamam y Carmen Flores son el director y actriz de “Que vaya bonito”, una obra de la compañía Teatro de Cerca

Por CLARA FERRER

“¿Dónde están las sillas?” pregunto a Jorge-Yamam Serrano y a Carmen Flores cuando entramos en la habitación. Pero aquí, en esta obra de teatro, no hay ni sillas, ni butacas. Ni siquiera hay escenario. Aquí el público no se sienta; aquí el público forma parte de la fiesta. El público son los invitados.

Jorge-Yamam Serrano es el dramaturgo y director de la obra “Que vaya bonito”, de la compañía Teatro de Cerca, también coproducida por Fira Tàrrega. “Que vaya bonito” se enmarca en una fiesta familiar, de despedida. Como bien dice Jorge-Yamam, “se trata tal vez de abandonar el papel que has estado interpretando en la parodia de la familia. Empieza la fiesta y te digo… te digo adiós”

Carmen Flores y Jorge-Yamam. -Por CLARA FERRER

Carmen Flores y a Jorge-Yamam Serrano. -Por CLARA FERRER

P: ¿Cómo surge la idea de Teatro de Cerca?

CARMEN FLORES: Comenzó porque un grupo de personas coincidimos en un trabajo. Quique Culebras escribió una obra, “Dos más”; eran dos conversaciones, una de chicos y una de chicas. Él se propuso ensayar esta obra y empezamos por separado: por un lado las chicas y por el otro los chicos. Pero llegó un momento en que las chicas ya tenían la obra acabada y dijeron: “podríamos hacerla en casa de tal persona e invitar a unos amigos y a ver cómo sale”. Así descubrimos el teatro de salón, de sofá. Allí surgió la idea de hacer teatro en las casas porque la gente nos decía “este trabajo tan minucioso se ha de ver tan de cerca”. De esto hace diez años ya.

P: ¿Cómo es la experiencia de hacer teatro en una habitación y no en un escenario convencional?

C: Recuerdo que al principio de todo estábamos muertos de medio. Además, había momentos muy íntimos en “Dos más”, de una pareja amigas contándose sus cosas y la gente está muy cerca, sientes su respiración. Pero la experiencia es muy buena porque la gente hace contigo el viaje que hace el personaje. Es muy intenso.

P: ¿La obra se adapta al espacio?

JORGE-YAMAM SERRANO: No hay escenario. Si la obra comienza con una conversación entre dos amigas en el salón de la casa de una de ellas, entonces tu te vas a este salón.

C: Normalmente cuando hacemos “La Carcoma” siempre quedamos con el anfitrión de la casa una hora antes para preparar un poco el espacio. Pero siempre aprovechamos lo que hay en la casa.

P: Por lo tanto, ¿no hay requisitos?

C: El sofá, una mesita y la gente muy cerca, que venga con ganas de pasárselo bien.

P: ¿Qué precio tiene?

J: Depende del espectáculo y de dónde tenemos que ir. Tenemos una división muy clara: el teatro de salón que tiene un caché más reducido y contratación por escenarios. Es decir, diferenciamos entre aquellas obras que se contratan para un pequeño público y aquellas que se contratan en un escenario determinado. Uno más profesional y el otro más privado. Sin embargo, muchos de los espectáculos nacieron en un salón o en un dormitorio y tiene su versión teatral, en el escenario.

C: Por ejemplo, yo en agosto fui a hacer una obra por la fiesta de aniversario de un señor que cumplía noventa años y que era muy aficionado al teatro. Fue un regalo de su mujer. Pagaron el caché de la obra más el desplazamiento a Benicasim. Me dieron de comer, dormí allí…

P: Pero sin tener en cuenta los desplazamientos, ¿cuánto puede costar?

R:  “La Carcoma”, “La Ceniza, “El Atraco”, el “Conicertoencanto” y “El Esperanza” son 300 euros. Es formato de casa; de ir a tu casa y hacer la obra allí. Si quieres que representemos la obra en el centro cívico de tu barrio o en festivales es otro precio.

 P: ¿Qué perfil de gente os pide que hagáis una obra de teatro en su casa?

 C: Hay de todo. Ahora normalmente la gente que nos llama tendrá entre cuarenta y sesenta años, pero también hay gente joven de treinta o de veinte. Por ejemplo, yo he hecho un par de cortometrajes y una de las chicas, Marta, me ha pedido que haga una obra en su casa y ella tiene veintidós.

P: ¿La persona puede pedir la obra que quiera?

 J: La que quiera que esté disponible. Por ejemplo, “Que vaya bonito” es para profesionales. Es decir, para teatros y festivales. Sin embargo, también puede ser contratado por privados pero es bastante más caro que el resto de montajes. La puedes contratar pero es bastante más cara y no se desarrolla en un salón, sino en una terraza. Así pues, se suele hacer en primavera o en verano, cuando hace buen tiempo. Pero por ejemplo, este es un local pequeño y cerrado, no se trata de una terraza, pero sí sirve para celebrar una fiesta. De esta forma, donde se pueda hacer una fiesta se puede hacer la obra. Hay unas necesidades mínimas de espacio. Pero si eres un privado, “Que vaya bonito” no costaría trescientos euros, costaría más.

P: ¿Cuál es el procedimiento a partir que una persona se pone en contacto con vosotros para hacer una obra en su casa?

C: Si la persona te llama y te dice que quiere una fecha en concreto. Por ejemplo, hace unos días una chica nos pidió una obra para el 25 de mayo. Pero comprobé que nadie estaba disponible y que, por lo tanto, no podíamos hacer la obra. Así pues, lo primero de todo, después que alguien se pone en contacto con nosotros, es asegurarnos de si la obra está disponible o no. Después ya concretamos el espacio, desplazamiento…

La persona interesada nos envía el formulario por correo juntamente con su teléfono. Yo la llamo y me dice “quiero esta obra para tal día” y si no está disponible convenimos si puede ser otra obra. Entonces también le pregunto si en su salón tiene un sofá, una mesita. Cerramos el bolo directamente por teléfono o por e-mail.

P: ¿Con qué antelación os tienen que avisar?

C: Con un mes iríamos muy bien. Necesitamos como mínimo un mes de antelación para poder garantizar que en aquella fecha estaremos disponibles.

Entrevistando a Carmen Flores y Jorge-Yamam Serrano. -Por CLARA FERRER

Entrevistando a Carmen Flores y Jorge-Yamam Serrano. -Por CLARA FERRER

P: Esta experiencia de hacer teatro en una casa, ¿cómo cambia vuestra forma de hacer teatro en un escenario?

 C: En un teatro tienes que proyectar más la voz, estás arropado en una maquinaria teatral, hay una escenografía que aportas tú, que no es la casa… El personaje y la interpretación ha de ser un poco más abierta, más grande para que llegue. Una cosa son quinientas personas en un teatro y la otra son 40 personas en un salón.

J: Estaríamos más cerca del cine que no del teatro, porque podrías grabar perfectamente la obra en un formato de salón y no desconcertaría, funcionaría. En cambió, si grabases  un espectáculo de teatro como si quisieras hacer una película, no quedaría bien porque hay un exceso de proyección para que llegue la energía, el cuerpo… es un formato más grande. El teatro es una disciplina artística humana que refleja la vida. Entonces, para reflejar la vida, vamos a la vida; vamos al comedor de casa y si quieres representar una conversación de un trozo de vida, qué mejor que ir fuera del teatro.

Carmen flores

P: ¿Con qué dificultades os habéis encontrado?

J: ¿Tienes una hora? (risas). La fórmula que creamos ahora está emergiendo como la fórmula para combatir la crisis. Están saliendo muchos pequeños teatros que el funcionamiento es muy similar al nuestro. Como no hay subvenciones, han subido a un 21% el IVA en cultura en un contexto en que la gente no tiene mucho dinero… Los teatros se tienen que adaptar a las nuevas necesidades y este es un proceso lento. Se tienen que reducir mucho los costes y una de las soluciones que se está encontrando es este tipo de procedimiento que hacemos nosotros. Pero además, nosotros no solamente hacemos este tipo de teatro en las casas, sino que también hacemos teatro en los escenarios convencionales, a pesar de que la filosofía, la energía y la intención es la misma que a casa. Es una humanidad, una proximidad, una conexión muy profunda, un trabajo muy de verdad, identificar y conectar muy profundamente con el público. Hacemos teatro en los salones, en los dormitorios, en las terrazas…

C: Si quieres que te diga la verdad, no hemos notado la crisis. No, porque nunca hemos tenido subvenciones. La gente que nos llama para hacer obras de teatro en su casa es más o menos la misma que antes. Aún hay gente que se puede permitir trasladar una obra de teatro en su casa; que tampoco es que sea muy caro. La fluencia de llamadas es la misma que hace diez años cuando empezamos. Es un precio muy razonable.

J: Nosotros en los últimos dos años es cuando más hemos crecido a nivel de difusión. Hay un espacio aún por crecer, lo que pasa es que te lo tienes que currar mucho, tienes que tener mucha visión , tienes que ser flexible… El teatro siempre ha estado en crisis, ya estamos acostumbrados de alguna manera. La gente que ahora está perdiendo más es aquella que vivía de las subvenciones o aquellas compañías que hacían muchos bolos a nivel de extensión. Son las compañías que tienen una deuda mayor porque no les pagan los ayuntamientos, los festivales…

Jorge-Yamam Serrano

P: Si estáis tan cerca del espectador ¿no os ha pasado nunca que alguien haya intervenido y haya  trastocado el guión?

J: Absolutamente, para bien y para mal.  Nuestra intención es que, además de la proximidad referente al espacio, también haya proximidad emocional. Nunca es lo mismo. Tú tienes una estructura que tienes que trabajar y muy sólida para que después entre la vida, la realidad. La realidad se nutre de la ficción y al revés.  Cuando vas a ver un estreno de teatro, emocionalmente es como si fueras a una fiesta: no sabes qué pasará, conocerás algunos otros no, conoces a unos y haces ver que no… Tú no eres un extraño, tú eres un familiar, eres un amigo… En la obra hacemos un viaje de liberarse, de desprenderse de cosas… No sólo hacemos que se liberen los personajes, tú también tienes que liberarte, porque tú tienes algo que ver aquí. Pero muy importante: no es teatro participativo, no es una animación.

P: Si no es teatro participativo, ¿cómo lo definiríais?

J: Es participativo pero no es interactivo. No es participativo pero participas. Es teatro próximo. Lo que queríamos es hacer lo más profundamente posible el viaje emocional. En vez de haber una cierta distancia, te metemos dentro. El teatro participativo e interactivo lo que busca es que hagas algo. Y a mi no me gusta nada que me obliguen a hacer cosas. Lo que yo quiero es manipularlo todo para que tú, sin que estés obligado, lo hagas o lo sientas. A mi me importa más que sientas que no que hagas.

P: ¿Qué pretendéis con este tipo de teatro?

J: Con Teatro de Cerca intentamos hacer teatro de la forma más real posible. Y es que la gran mentira del teatro es que los actores y el equipo artístico hacen ver que el público no está y que no nos importa y que no condiciona la obra. Es la gran mentira. Cuando un actor está en el escenario, en el estreno de una obra, está cagado, está flipando. Es un material emocional muy fuerte, que negarlo o no hacer nada con esto es como “no tires lo mejor del plato”. Nosotros lo que hacemos con esto es aprovecharlo

P: ¿Qué ventajas presenta este tipo de teatro respecto a una representación convencional?

 C: Es mucho más intenso. Tú cuando vas al teatro estás en tu butaca, sin luces, y ves qué está pasando a una gente que está sobre el escenario y te llega la historia. Pero cuando estás aquí, a medio metro del personaje, viendo lo que le está pasando, lo que está sintiendo… para el espectador es mucho más intenso.

J: Aparte, también tú como actor tienes que estar de verdad delante de una exposición emocional. Hay un trabajo muy grande porque tienes la gente a un metro. Entonces, la ventaja es que es más humano, no estás tan “cómodo”, las historias te llegan más, hay una relación más directa entre los actores, el equipo artístico y el público. Además, después de cada obra hay un debate sobre lo que han visto los espectadores. Otra ventaja en la parte de salones sería que tú mismo te lo haces. Es decir, no tienes que esperar en un teatro, no dependes de nadie en este sentido, tú eres el director de la programación y tienes una independencia; los costes son menores, la ganancia es mayor.

P: ¿Alguna anécdota?

C: Recuerdo que estábamos en una casa, haciendo una obra y llamaron a la puerta. Era el pizzero que quería cambio porque el vecino no tenía. Oriol, que se suponía que era el amo de la casa, tuvo que ir a abrir y decir “perdona, es que estamos haciendo una obra de teatro”. Cerró la puerta y siguió con la obra.

J: Una vez había una mujer embarazada en el público. En “Que vaya bonito” hay un conflicto con temas como el aborto. Mi personaje, por ejemplo, está cagado porque va a ser padre por primera vez. Y yo tenía una frase en que me confieso y digo “estoy cagado”. Miré la embarazada y ella me respondió: “tranquilo, porque yo también”.

En la fiesta hay un personaje que canta y toca la guitarra. -Por CLARA FERRER

En la fiesta hay un personaje que canta y toca la guitarra. -Por CLARA FERRER

C: En “Que vaya bonito”, un personaje canta y toca la guitarra. Y una vez una señora vino y le dijo al técnico “perdona, yo quiero cantar, ¿cuándo puedo cantar yo?” y el chico dijo “no, es que esto no es un karaoke, esto es una obra”.

J: Es tan mágico que no puedes competir con ello. El actor, el director y el equipo artístico teatral no pueden nunca competir con la vida de las personas.

  • Enlaces de interés

Fragmento de la entrevista en: http://www.youtube.com/watch?v=uaBkQOtgxyQ

Vídeo promocional de la obra «Que vaya bonito» http://www.youtube.com/watch?v=n6IY3EkKFhY

Página web del director y actor Jorge-Yamam Serrano http://www.jorge-yamam.com/

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